En una jugada inesperada que ha dejado al mundo entero con la boca abierta (y llena de curtido), Elon Musk, fundador de Tesla, SpaceX y X (antes Twitter), acaba de anunciar su inversión en una pupusería en Olocuilta, el corazón palpitante de las pupusas salvadoreñas.
Sí, leíste bien. No es una broma. No es un sketch de “Bienvenidos”. No es un meme de “La Tenchis”.
Es la fusión más loca desde los frijoles con queso: tecnología espacial y comida típica.
¿Qué hace Elon Musk en Olocuilta?
Todo comenzó cuando un video viral en TikTok mostraba a Elon comiéndose una pupusa revuelta con tenedor… ¡y luego con las manos como buen salvadoreño! A los tres días, aterrizó un jet privado en Comalapa, y el magnate fue visto desayunando en la carretera de Olocuilta, con cuatro pupusas, un fresco de tamarindo, y una sonrisa más grande que su cohete Starship.
Según testigos, preguntó:
“¿Esto qué es? ¿Una tortilla con lava de queso por dentro? I want in.”
Y en entró. Con millones.
La Pupusería: SpaceQueso™
El nuevo emprendimiento se llama SpaceQueso™, una pupusería de alto nivel que abrirá en Olocuilta con:
- Pupusas impresas en 3D con precisión láser
- Curtido fermentado en gravedad cero
- Salsa roja infusionada con polvo de chile marciano (bueno, casi)
- Servicio de entrega en drones Tesla Model C (de “Comal”)
La pupusería combinará tradición salvadoreña con tecnología de punta. ¿Un ejemplo?
En lugar de gritar “¡Revuelta para llevar!” usarán inteligencia artificial para detectar tu humor y sugerirte una pupusa que combine con tu estado emocional.
¿Por qué Olocuilta?
Elon lo dijo claro en la conferencia de prensa improvisada desde la gasolinera Texaco de la zona:
“Forget Silicon Valley. This is Quesillón Valley.”
Y no está equivocado. Olocuilta no solo es la cuna de las pupusas, sino que se ha convertido en un destino turístico para foodies, tiktokers y astronautas con hambre. Además, el terreno es más barato que en San Francisco, y aquí los cohetes pueden despegar con curtido como combustible.
Inversión, empleo y quesillo sin límites
Con la llegada de SpaceQueso™, se esperan más de 100 empleos directos en la zona, desde pupuseras entrenadas con exoesqueletos Tesla hasta curtidores con conocimientos en química avanzada.
El Ministerio de Economía ya confirmó que la inversión será parte del nuevo programa “Criptoquesillo 2050”, donde los pagos se aceptarán en bitcoin, Solana y pupucoin, la nueva moneda respaldada por el Banco Central de Pupusas.
Reacciones de los salvadoreños
Las redes explotaron.
Twitter salvadoreño (o X):
“Primero fue Bitcoin, ahora pupusas. ¿Qué sigue? ¿Tamales en Marte?” —@SalvaTuitero
“Elon, papá, si vas a hacer delivery en el espacio, ¡mandame seis con todo a Saturno!” —@ChotoIntergaláctico
“Con que no le ponga jamón vegano a las pupusas, todo bien.” —@CurtidoEnojado
Facebook:
Los grupos de “Salvadoreños en el extranjero” están organizando viajes de regreso al país solo para probar “las pupusas de Elon”. Se rumorea que hasta la mamá de Elon aprendió a hacer masa con las manos.
¿Y Nayib qué opina?
El Presidente Bukele ya reaccionó en X:
“La mejor inversión extranjera directa en años. Bienvenido, Elon. Tu pupusa está reservada.”
#ElonEnOlocuilta #Criptoquesillo
Además, hay rumores de que Tesla abrirá una línea de Comales Inteligentes que se sincronizan con tu pupusería favorita para darte alertas de pupusas listas. La revolución del curtido está en marcha.
Pupusas en el espacio: ¿fantasía o futuro?
SpaceX ya anunció que planea llevar pupusas en la próxima misión lunar, para que los astronautas salvadoreños tengan algo de sabor patrio allá arriba. Las primeras pruebas en gravedad cero fueron exitosas, aunque hubo un pequeño problema cuando una pupusa revuelta se estrelló contra el casco de un astronauta.
“No se preocupen, era de queso con frijol, suave”, dijeron.
¿Vale la pena emocionarse?
¡Por supuesto! Esta no es solo una historia graciosa o viral. Es una oportunidad real para mostrarle al mundo que la cultura salvadoreña puede conquistar hasta el espacio. Con pupusas en la mochila y curtido en el corazón, El Salvador va más allá de sus fronteras… ¡hasta la galaxia más cercana!
Conclusión
La inversión de Elon Musk en Olocuilta puede parecer chiste, pero refleja algo profundo: el potencial salvadoreño es tan grande como el universo. Si antes conquistamos paladares, ahora conquistamos planetas. Así que prepará tu comal, ajustá tu traje espacial, y recordá: el futuro es de masa, queso… y visión.